HUGO DE CHAMPAGNE

 

Hugo de Champagne era hijo del conde de Thibaut, conde de Champagne.

Hugo se mostró siempre muy devoto de las cosas religiosas en general, y muy particularmente con todo lo concerniente a los monasterios cistercienses, a los que hizo grandes donaciones.

Fue el primer conde de Bar-sur-Aube, y a la muerte de su hermano Eudes, pasó a ser también conde de Troyes.

Por su gran corazón fue muy estimado por san Bernardo, quien hizo todo lo posible porque el joven Hugo ingresara en la Orden cisterciense que él regentaba como abad.

Lo antedicho no lo afirmamos nosotros, sino que lo hemos deducido de la siguiente carta que todos ustedes pueden encontrar en la obra que a continuación reseñamos: Oeuvres complètes de Saint Bernard. Paris, librairie Louis de Vivès, editeur. Rue Delambre, número 9. Año 1866.

Este afecto que el santo Bernardo muestra en esta epístola por su hijo muy querido el conde de Champagne está cimentado en el gran corazón que Hugo mostró siempre por los pobres y los desheredados, y también, como es natural, por las grandes donaciones que este hizo en favor de los monjes del cister.

Él fue quien donó personalmente a san Bernardo los terrenos y las dependencias donde posteriormente sería ubicado el monasterio de Claraval. Y para quienes duden de lo que aquí se dice, pueden ver y leer el documento de donación cuya fuente documental es la siguiente: Oeuvres complètes de Saint Bernard. Paris, librairie Louis de Vivès, editeur. Rue Delambre, número 9. Año 1866.

Y sepan ustedes, además, que, para ingresar en la Orden de los templarios, el conde de Champagne, como era preceptivo en aquella época, tuvo que obtener el permiso de su esposa. La carta se puede encontrar en el documento cuya fuente documental es la siguiente: Archivo histórico religioso de la Catedral de Chartres. Armario 5. Libro 45. Páginas 12-13.

En cuanto obtuvo el permiso eclesiástico de su esposa, le vendió su condado a Thibaut, hijo de su hermano Etienne, y distribuyó todos sus bienes por iguales partes entre su mujer y sus hijos.

Sobre lo antedicho hay historiadores que basándose en las crónicas de Pedro de Pithou, aseguran que antes de partir hacia Jerusalén para ingresar en la Orden, Hugo de Champagne desheredó a su hijo Eudes, sin aportar pruebas de las causas que pudieron motivar tal decisión.

No parece creíble ni opinamos que fuese cierta esta aseveración porque pensamos que el conde se sentiría en aquel momento crucial de su vida lleno del Espíritu de Dios y, por lo tanto, contrario a cualquier venganza, escarmiento o eliminación.

Hugo de Champagne, tal vez por ser de muy noble cuna y tener muchas propiedades, fue el último en entrar a formar parte de la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo.

Esto nos hace descubrir que los nueve caballeros no estuvieron nueve años integrando la Orden como algunos afirman, tal vez para hacer cábalas y conjeturas más o menos misteriosas con el «nueve», sino que los nueve caballeros estuvieron siendo nueve solamente siete años, ya que desde la incorporación del conde Champagne, hasta el Concilio de Troyes, en cuya fecha se cumplieron los nueve años de existencia de la Orden, fueron ya diez caballeros quienes la totalizaron