Orden de la Concepción de la Bienaventurada Virgen María
Esta Orden fue fundada por el duque de Mantua Fernando I el día 8 de septiembre de 1617,
Entre los días 16 de febrero y 24 de mayo del año 1625, obtuvo la confirmación del papa Urbano VIII, que impuso a sus caballeros la regla de San Francisco. Su fundador le dio este nombre de honor para honrar y enaltecer a la Inmaculada Virgen María.
Sus objetivos prioritarios eran velar por la paz y la unión entre todos los cristianos, y luchar contra los infieles.
Esta Orden, que adquirió una merecida fama desde el principio de su fundación, fue muy popular. Pero después cayó incomprensiblemente en el olvido.
El 13 de octubre de 1847, un individuo que se hizo pasar por el príncipe Gonzaga Castiglione, sabiendo de la importancia que esta Orden había tenido en otros tiempos, la volvió a renovar con sus mismos estatutos, introduciendo en ella las modificaciones que él creyó necesarias para sus beneficios personales. Se hizo nombrar Gran Maestre, y declaró que por medio de su Orden serían premiadas las personas que se distinguieran por sus méritos personales, talento y adhesión a su persona.
Descubierta la impostura del falso príncipe, fue juzgado y condenado por los tribunales de Francia en julio de 1853. Los cargos fueron de estafa y usurpación de nombre y persona.