Orden de San Pedro de los Caballeros de Jesucristo
Esta Orden, además de ser conocida como la Orden de Jesucristo, fue conocida también como la Orden de Santo Domingo y San Pablo; y como la Orden de los Caballeros de Jesucristo.
En el año del Señor de 1206, durante la cruzada contra los albigenses, Santo Domingo de Guzmán formó una división de hombres armados que tenían como objeto recobrar los bienes eclesiásticos usurpados por los legos.
Los caballeros que entraban a formar parte de esta Orden, hacían voto de proteger la religión cristiana, y emplear sus armas para perseguir y matar a los herejes.
Esta Orden se hizo muy famosa en muy poco tiempo, por prestar grandes servicios a la Iglesia, lo que le valió la completa aprobación de varios pontífices, entre los cuales se encontraba Urbano IV en 1206; Clemente IV, en 1208; Gregorio X, en 1216; Adriano V, en 1220 y Clemente VII, en 1521. Aprobación que fue acompañada de numerosos e importantes privilegios.
Los historiadores, al ocuparse de esta santa institución, que duró siete siglos, la designan indistintamente con los varios nombres que más arriba ya se han dado a conocer, siendo, sin embargo, el más común el de la Orden de Jesucristo, hasta que por los motivos que vamos a explicar tomó el nombre de Orden de la Cruz de Jesucristo.
El papa Pío V, en el año 1569, fundó en Roma la Congregación de San Pedro Mártir, que se componía exclusivamente de cardenales, inquisidores generales y oficiales de la Suprema Inquisición Romana, a cuya Congregación, por decisión pontificia, se agregaron los caballeros de la Orden de Jesucristo, formando desde entonces un solo cuerpo con el nombre de Orden de la Cruz de Jesucristo.
En España hubo también comunidades de esta Orden, pues está comprobado que el propio Pontífice Pío V, por su bula "Super Gregen Domine", aprueba la congregación que estaba establecida en Valladolid con las mismas ordenanzas que la de Roma.
Esta Congregación que el Papa Pío V aprobó en Valladolid, fue la que después se extendió a todos los tribunales del santo Oficio del reino de España, a instancias del cardenal inquisidor, don Francisco Pacheco.
Los funcionarios de esta Orden usaron en España, sobre sus vestiduras, la cruz de san Pedro Mártir y la de san Raimundo en el día del Corpus y en los actos públicos, y la de santo Domingo el día de su festividad. Disposición esta que fue decretada por el rey don Felipe III, como consta en el acta del Capítulo General de predicadores que se celebró en Valladolid en el año 1605.
En los reinos de Aragón y Valencia, y en el Condado de Barcelona, los ministros del tribunal de la Inquisición usaron públicamente las insignias del santo Oficio, pero en los demás puntos del reino, solo las usaban en los días solemnes y actos propios del Santo Oficio.
Con el Real Decreto de 17 de marzo de 1815, el rey don Fernando VII, dispuso lo siguientes.
Para que todos los ministros del santo Oficio puedan ser honrados y distinguidos de todos, como corresponde, usen siempre y precisamente en sus vestiduras exteriores, como las otras órdenes de caballería de estos reinos, con arreglo a los decretos y concesiones de la Silla Apostólica, del hábito y venera que son propios del Santo Oficio, y los vistan sus ministros en todos los actos que le son privativos...
Las insignias de esta Orden consistían en una venera de oro, ovalada. Teniendo en su centro, sobre campo amarillo, una cruz de sinople, un ramo de olivo al lado derecho, y una espada puesta al pal a la izquierda. En el reverso la cruz florlisada de santo Domingo, la mitad blanca, y la otra negra. Esta venera se llevaba en el primer ojal de la casaca, pendiente de una cinta roja los seculares, y pendiente de una cinta negra sobre el pecho los eclesiásticos. Estaba bordeada por la siguiente leyenda en latín: "EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM PSALM 73." Esta leyenda, tal y como dice al final, esta tomada del salmo 73, versículo 22, y traducido, dice lo siguiente: "Alzate, ¡oh Dios!, y defiende tu causa. Salmo 73."
La otra insignia era una placa al lado izquierdo para los legos, y los eclesiásticos en la sotana, que era la propia cruz de santo Domingo, con la diferencia de que esta estaba bordada en plata en la parte que la otra era blanca, y de oro la que en la otra correspondía el color negro.